Brands, brands everywhere. Estamos inundados de ellas, cada uno de nosotros es una marca. Exhibirlas o no en nuestra manera de vestir, es cuestión de gusto o trabajo, están aquellos que se mueren por una camiseta brandeada, aquellos que nunca le quitan las etiquetas a sus gorras (tendencias aisladas de grupos) , se tatúan el logo, o recurren a las imitaciones para sentirse incluidos, incluso si a simple vista se nota que no son originales.
Es verdad, crean adicciónes, hacen que las amemos u odiemos mas, se adaptan a los consumidores y algunas se convierten en objeto de culto.
Analizando como avanza la globalización, la tendencia a compartir en las redes sociales los gustos, opiniones y preferencias aumenta y las marcas se revelan y meten cada vez mas en el inconsciente colectivo, aún cuando son evidentes la influencia del mercadeo. Las personas se convierten en voceros oficiales o empíricos de las marcas, solo por el hecho de compartir lo que hacen o llevan.
Hay una tendencia subyacente al gran boom del do it yourself en cuanto a nail art, que explica de una manera muy especial al fenómeno que me refiero. Realicé una pequeña compilación (porque hay muchisimos) vía instagram. Es interesante notar que a modo general hay una cierta indiferencia si la marca es low cost o de lujo, si su logo es complicado o no, lo importante es alardear que realizaste la marca de preferencia en tus uñas.