¡Fashion mistakes que no quieres cometer en tus vaciones en Cartagena!

martes, 10 de julio de 2012


No hay nada mas delicioso que irse de vacaciones.
Conocer otra ciudad, caminarla hasta el cansancio como loco nuevo, mirar vitrinas, admirar el ambiente y la cultura, ademas de respirar el aire que hasta se siente con un nuevo aroma: el de la libertad de la rutina. ¿Quién no disfruta de unas buenas vacaciones?

La idea de cambio es lo que nos gusta, aunque guardando bajo la manga la seguridad de que regresaremos nuevamene a la vida regular.
De esta manera el cambio, que es lo que soporta este post, resulta supremamnte interesante cuando significa el traslado de felices turistas, desde una ciudad fría, como Bogotá, a una cálida y bañada de playas, como Cartagena.

Cambio de clima, significa cambio de outfits. Significa acoplarse a las exigencias climáticas, a las costumbres, a las tendencias del lugar al que se visita.

Por supuesto no es algo sencillo: verse bien y sentirse del mismo modo en una tierra ajena, supone un poco de esfuerzo. Incluso desentonar por completo tampoco lo es: hay que tener criterio hasta para eso, la estética no perdona.

Ahora bien en cuanto a tendencias sobre esto les puedo comentar que:

- Zapatos de playa: Se que los usan los cuidadores de delfines y tiburones en las islas del Rosario, alguno que otro ... No sé, no recuerdo a quien mas se los he visto, sinó a los turistas que vienen del interior. No se si será aversión a la arena de mar, alergia en los pies debido a esas partículas, o si es en prevención de algun erizo en el lecho marino, pero los usan y solo los turistas, no extranjeros.

Nunca me ha pasado nada por pisar la arena de playa, considero que sentirla hace parte de la experiencia, y es uno de los pocos sitios publicos en el que está perfectamente aceptado que se esté descalzo: los zapatos simplememte desentonan, son antinaturales.

El mercado de las zapatillas de playa, esas que son del material similar al del traje de buzo, que llevan un elastico que al halarlo se ajusta las ajustan al pie, se mueve gracias a todos los antes mencionados, pero no los excluye de ser considerados como un atropello a lo fashion.

Con el mayor respeto y honestidad posible, en la costa colombiana se reconoce al cachaco porque los lleva, aclaro: se menciona dicho regionalismo porque es el mas representativo, y no significa que visitantes provenientes de ciudades como Medellin, Cali o cualquier otro, se excluyan de esta onda.

Unas flip flops son el complemento ideal para vacaciones.
Los otros son mas apropiados en casos extremos como cuando exista riesgo de contacto con objetos que puedan causarle lesiones, tales como astillas, piedras, o conchas cuando vaya a estar en una zona de mar abierto.

- Aún sigo sin comprender a todos aquellos bañistas que se sumergen a las calidas aguas en boxer o ropa interior, algunas con encaje, con florales o lunares estampados, otras con "recatadas" transparencias debido a el porcentaje de algodón de sus prendas.

Sobretodo no falta aquel que escogió el interior con el mas desgastado elástico, que le provoca en repetidas ocasiones a causa de la marea, una leve caida de su prenda.
También están aquellas que consideran que los tejidos micro, como los que ofrece Punto Blanco son tambien traje de baño: craso error.

Lo mejor de esta parte es que ninguno de todos estos "modelos a no seguir", aparentan estar perfectamente cómodos, sin remordimiento o verguenza, frente a los demas bañistas que no muestran con la precisión de calco sus partes.

Ya sea por cuestion de economía (porque Cartagena no es solo corralito de piedra, sino una gran cantidad de barrios pobres que ni siquiera tienen alcantarillado), gusto, despreocupación (a nadie le deseo ese nivel de relax), o simplemente se le ocurrió un chapuzon de imprevisto, esta es una situación llamativa.

- En cuanto a hairstyles no es secreto que playa significa chaquiras o trenzas de hilo en el cabello de las niñas, hasta adolescentes.

Por diversión y por vivir la experiencia lo hacen las mujeres adultas.

Hasta ahí todo marcha bien, no hace mal mezclarse un pco con la costumbre y tener el recuerdo de que cuando estuvo en Cartagena se las hizo, poder ver las fotos con las decenas de cuentas de colores en su cabellera.

Pero ver a un hombre con chaquiras en el cabello, no tiene precio, y no por bueno, sino porque genera je ne sais quoi que perturba la calma.

¿En que momento, supongo yo, una broma, el producto de una apuesta, o la persistencia de una vendedora logró que uno de ellos se dejara colocar chaquiras, para que luego se propagara a muchos que por ahí pasean una especie de china o capul improvisado, repleto de estos aros de plástico, mientras el resto de su cuero cabelludo exhibe un corte muy masculino? Si estaban considerando un hook up en vacaciones, pueden olvidarse de inmediato con ese look. Sacar sus propias conclusiones.

- El portadocumentos de cuello. Con mencionarlo basta.

Estos cuatro casos que claramente ponen en desacierto las elecciones ante el cambio, son tendencias que sin duda se presentan y representan el imaginario de turismo en Cartagena de Indias.

En ningun momento la intención es demeritar, es sencillamente una observación detenida, de lo que se percibe en las calles y playas.

Hay muchos otros comportamientos que se derivan de tendencias, pero que no estan tan consolidados como los anteriores, así que en una proxima ocasión se podrian citar.

Mas allá del cambio, las razones psico-sociales que implican estos comportamientos en cuanto a moda en ambientes completamente fuera de lo cotidiano, son las que me gustaría que se dedujeran. ¿O es que acaso en Cartagena no se cumple la popular emnienda de: al lugar que fueres, haz lo que vieres?

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