La habilidad para impresionarse es necesaria para nuestra vida. Cuando la perdemos, todo es pesimismo. Cuando la llevamos al extremo, poco es el criterio que se tiene.
Conmover el ánimo hondamente por lo que recibimos a través de nuestros sentidos es una costumbre que se debe cultivar.
Preferible es no perderla, ya que impide la innovación y el deseo de generar distinción a través de lo que se hace, se lleva y se comunica.
Tener criterio es no dejarse llevar por la corriente, ni ser ciego a lo que rodea el entorno. Es algo básico: nace la sensibilidad, de una posición, de una relación entre lo que dejarías y lo que no.
Este es un asunto social latente en la cosmovisión colombiana relativa al tema de la moda. Wanna be´s por cantidades, fake statements, superficialidad, falta de armonía y exceso de elogio.
Encontrar un balance entre lo positivo y lo negativo de la industria, para que mejore y logremos ser capital dentro del circuito latam de moda, ya que verdaderamente hay mucho por ver y transgredir desde nuestra cultura para el mundo.
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